Las ciencias básicas son el primer acercamiento que tienen niños y niñas para explorar el mundo desde nuevos enfoques. Al crecer notamos que las matemática, la física, la química y las ciencias de la vida se encuentran en todas las dimensiones de esta, incluso, pudiéndose explicar ciertos aspectos de la naturaleza desde las matemática.

Este 2022, fue declarado por la Organización de Naciones Unidas (ONU) como el Año Internacional de las Ciencias Básicas para el Desarrollo Sostenible, con el objetivo de destacar su rol en el progreso y el desarrollo de una sociedad más consciente en un año donde los desafíos son enormes y urgentes.
Lograr un desarrollo sostenible por medio de las ciencias está al alcance de todos. Tanto niños, niñas, jóvenes y adultos, pueden transformar el mundo en el que vivimos, buscando soluciones al cambio climático, crisis hídrica y pérdida de biodiversidad que sean amigables con el medioambiente. Cada avance o nuevo descubrimiento no solo recorre las fronteras del conocimiento, sino que también inspira soluciones inesperadas para problemas que no estaban en el foco. Sumado a esto, las ciencias básicas son reflexivas y despiertan la curiosidad esencial de la humanidad: preguntarse por qué suceden las cosas, buscar la esencia de la realidad y la naturaleza con el deleite de conocer. Esa contribución no es perceptible en lo inmediato, pero sí es notoria al considerar todo lo que sabemos hoy en relación a nuestras y nuestros antepasados.
El cambio de perspectiva sobre cómo nos relacionamos con la naturaleza y habitamos el planeta debió suceder hace tiempo. Muchas y muchos ya lo comprendieron, por lo mismo, desde la Universidad de Santiago de Chile (USACH), además de fomentar la investigación de docentes e investigadores/as en pos de los Objetivos de Desarrollo Sustentable (ODS), también se trabaja en proyectos que promuevan la curiosidad por las ciencias desde la educación básica, como es la revista de investigaciones escolares, Brotes Científicos.
En el último ranking Nature Index, Chile clasifica en el número 29 a nivel global en producción científica, considerando los artículos publicados en 82 revistas especializadas de alta calidad en las áreas de química, ciencias de la vida, ciencias de la tierra y ciencias físicas. A nivel Sudamericano, estamos en el segundo lugar a pesar de que la inversión en relación al PIB de nuestro país es escasa. Lejos de pensar que esto puede ser desalentador, debe ser un incentivo para ir por más y aspirar a una mayor inversión en ciencia. Además de valorar el trabajo de quienes desarrollan una labor científica de alta calidad en nuestro país e inspiran a las personas a seguir pensando, conociendo, investigando y abriendo caminos para que en un futuro podamos vivir en armonía con nuestro medio ambiente.
Les extiendo la invitación a seguir aprendiendo e inculcando la valoración por el mundo de las ciencias básicas a estudiantes, colegas, amigos y familiares. Construyamos de la mano un mejor futuro para todos y todas.